El hecho de que
sea un centro de paso, que lo ha convertido en un “hub” de las Américas, ha
fomentado el turismo a gran escala. El turismo a gran escala ha promovido, a su
vez, la inmigración tanto legal como ilegal desde distintos países de América,
Europa y África, generando un crecimiento poblacional que afecta la
infraestructura del país no preparada para este efecto.
Adicionalmente, su característica de centro de trasiego de mercaderías, por razón del crecimiento de la actividad portuaria, facilita el trasiego de drogas y de personas.
Adicionalmente, su característica de centro de trasiego de mercaderías, por razón del crecimiento de la actividad portuaria, facilita el trasiego de drogas y de personas.
Otro aspecto que pudiera ser desventajoso para
Panamá, parte también, aunque parezca contradictorio, de la promoción
turística. Es tal la inmigración provocada por las ventajas de la posición
geográfica de Panamá, que el propio turismo puede estar provocando de alguna
manera, la pérdida de los valores cívicos. Nuestra cultura se ha ido diluyendo,
mezclando con costumbres y culturas extranjeras. Gran parte de nuestro
territorio está ya en manos extranjeras. La cultura se ha diversificado
muchísimo. Lo típico ha quedado en el interior y para la gente del interior del
país, por suerte; pues en la ciudad ya casi no se conoce ni se promueve.
Un suceso reciente que muestra la influencia
del turismo en Panamá es: el hecho de que los jubilados norteamericanos hayan
elegido Panamá como lugar para pasar su vejez; esto provocó que los precios de
los inmuebles y comestibles en general, hayan subido exageradamente, ya que
ellos tienen un poder adquisitivo mucho más elevado que el de los panameños
promedio. Esto produjo el aumento de la canasta básica del panameño, de los
artículos de lujo, de los inmuebles en general. Y para el panameño, este
aumento no vino acompañado del aumento de salario, de modo que lo ha afectado
negativamente.